martes, 10 de agosto de 2010

El Cuerpo Contemporáneo

Hablar del cuerpo contemporáneo es hablar de nosotros mismos. De nuestra cualidad de individuos, en cuanto a que somos seres humanos con un cuerpo, en constante presencia actual. Ocupamos el espacio con extremidades, órganos, músculos, piel y todo lo que hace posible nuestra existencia. No tenemos mucha conciencia de aquello hasta que nos duele algo, sentimos frío, nos acostamos en un piso áspero, tenemos hambre.
Y nos damos cuenta de que tenemos una mente presente cuando nos ahoga la angustia, el estrés de una vida sin pausas; o un amor no correspondido no nos deja dormir. Y nuestra querida alma olvidada, la buscamos solo en momentos de vacío, aunque la hayamos alimentado de por vida simplemente con nuestro egoísmo.
No es extraño al respecto que nuestro cuerpo contemporáneo se quebrante, o este optando por su propio camino; ajeno al nuestro. Es nuestro hijo al cual no le prestamos la suficiente atención, o estamos separados de él como si fuera un ente extraño. No es excepcional entonces que un día nuestro cuerpo se nos revele y se nos muestre sencillamente como una sombra; desigual a nosotros.
F I R
Texto a publicar en Revista ODA - Observatorio de Danza y Estudios del Movimiento